viernes, 19 de octubre de 2018

Qué se siente estar casada tanto tiempo

He dejado un tanto abandonado este Blog... no porque le haya perdido el interés, sino porque me falta el tiempo.... y actualmente más que lo normal, pues estoy a sólo una semana de celebrar 20 años de matrimonio y ando en varios preparativos.

Mientras que estaba trabajando en algunos de ellos, un muchacho de nuestro grupo scout me hizo una consulta : qué se siente estar casada con la misma persona tanto tiempo.  La respuesta más concisa es: se siente muy bien... siempre que la otra persona también se sienta muy bien.

Una respuesta más compleja la encontré por ahí en un post del "feisbuk". No suelo hacer copy y paste, pero creo que esta vez, lo vale.  Aquí se la dejo, para su deleite:

Para las parejas tan ansiosas de renunciar y tirar la toalla en sus relaciones porque no todo está "perfecto"... aquí hay algo de material para pensar. 
El compromiso a lo largo de toda la vida no es lo que la mayoría piensa que es. 
No es despertar cada mañana para hacer el desayuno y comer juntos. No es acurrucarse en la cama hasta que los dos se duerman, pacíficamente, por la noche. No es una casa limpia llena de risas y hacer el amor, todos los días.  
Es alguien que te roba todas las cobijas ¡y ronca! A veces puede ser un portazo y unas palabras duras. Es estar constantemente en desacuerdo y quedarse horas en silencio hasta que sus corazones se curen después de una discusión... y, entonces... Perdón! (¡Qué difícil puede ser decirlo en voz alta!). 
Es volver a casa a ver a la misma persona... ¡todos los días! Es conocer “casi” todo acerca del otro y reconocer nuestros errores. Es que se preocupen por ti a pesar (y a causa de) quién eres. Es el reírse (¡y reír duro!) sobre la única vez que accidentalmente hiciste algo estúpido.  

Se trata de ropa sucia y camas deshechas sin un dedo apuntando. Se trata de ayudarnos el uno al otro con el duro trabajo de la vida! Se trata de tragar las molestas palabras en lugar de decirlas en voz alta.Se trata de comer la comida más barata y fácil que puedes hacer y sentarse juntos en una hora tardía para comer porque los dos tuvieron un día loco.  

Es cuando tienes una crisis emocional y tu amor se acuesta contigo y te sostiene, te dice que todo va a estar bien... y tú le crees.  

Se trata de seguir amando a alguien a pesar de que, a veces, te vuelven absolutamente loco.  

Amar a alguien no es fácil.... a veces es extremadamente difícil; pero es increíble, reconfortante y una de las mejores cosas que alguna vez has experimentado!



martes, 23 de mayo de 2017

De apariciones, tradiciones, dogmas y otros.

Como ya les conté, estudié en el colegio Recoleta, de los padres SS.CC.  Sin embargo, entre el profesorado había dos religiosas. (Nota: tengo un problema "severo".... No puedo llamar "curas" a los padres ni "monjas" a las madres. Tal vez sea por el sentido peyorativo que se les da a dichas palabras en su uso común).

OK. Les decía que en el colegio había dos religiosas y no sé si serían de la misma congregación. Una de ellas era flaquita y medio renegona. La otra era su opuesto: regordeta y reilona.  Pero a ambas les encantaba una canción que nos hicieron entonar desde pequeños. 

Y decía así:

"El trece de mayo la virgen María..."

El timbre de voz de la madre que me la enseñó era bastante peculiar: agudo, con un espantoso trémolo (vibración temblorosa) que lo único que logró fue que yo detestara tal canción.  Es más: la cantábamos con una letra tergiversada, al igual que se hacía con el himno nacional. Por ejemplo: 

"Somos libres, seamos lo siempre seamos lo siempre"
     (en lugar de "seámoslo siempre")
"y antes nieve, suluces, suluces suluces el sol"
     (en lugar de "y antes niegue sus luces el sol")
"condenado a una fruel serviduumbre"
     (en lugar de "condenado a una cruel servidumbre").

En el caso concreto de El trece de mayo decíamos así:

"El trece de mayo la virgen María
bajó de los cielos acobadería".

(Tuvo que pasar más de una década para que me enterase de que la virgen María había bajado a Cova da Iría, en Portugal).

Bueno. La mencionada tonadita pasó a mi "lista negra" personal de canciones vetadas por mí misma - lista que en realidad es muy pequeña. Las de la confirmación resultaron más pegajosas, a pesar de que algunas tenían letra medio revolucionaria, como me lo hizo ver mi mamá cuando me oyó cantar alguna vez a voz en cuello:  

"Creo Señor firmemente que de ti pródigamente todo este mundo nació
que de tu mano de artista, de pintor primitivista la belleza floreció.
Las estrellas y la luna, las casitas las lagunas, 
los barquitos navegando sobre el río rumbo al mar.
Los inmensos cafetales, los blancos algodonales 
y los bosques mutilados por el hacha criminal..."

"Yo creo en ti, Cristo obrero, luz de luz y verdadero unigénito de Dios
que para salvar al mundo, en el vientre humilde y puro de María se encarnó.
Creo que fuiste golpeado, con escarnio torturado
en la cruz martirizado siendo Pilatos pretor,
el romano imperialista, puñetero y desalmado 
que lavándose las manos quiso borrar el error".

Definitivamente la canción venía de otro país y de otra realidad. Y sin embargo, era el hit de los quinceañeros "pitucos" que nos preparábamos para la confirmación en el 85. Aunque la tonada era mejor que la del 13 de mayo y además me la llegué a aprender en guitarra, también pasó a la "lista negra"... y es que suelo descartar aquello con lo que no congenio. Así que en lugar de remarcar las diferencias de clases (como esta canción) preferí poner mis esfuerzos en busca de la solidaridad y la convivencia pacífica.

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Vuelvo al tema del 13 de mayo.

Era 1995. Mi primer viaje a Roma. Iba con una tremenda mochila a la espalda y muchas ilusiones de conocerlo todo.  En la mochilita de mano llevaba mi libro "Europe 1995 - On the loose", la guía de Berkeley para viajeros misios - aunque lo de "misios" suena realmente misio!  El texto real decía: "the budget traveler´s handbook".

Además de visitar los lugares turísticos de interés, una de mis prioridades era asistir a una audiencia papal. Aspirar a una audiencia privada era demasiado, pero por lo menos iría a la pública. Muy contenta fui el lunes a sacar mi ticket (gratis) y el miércoles me encontré ingresando al aula Paolo VI, un enorme auditorio para más de 6000 personas, que se encuentra a un costado de la Piazza San Pietro (en el lado opuesto de la Capilla Sixtina). Una vez adentro, vi que el escenario era dominado por una gigantesca escultura de bronce llamada "La Resurrección" (20 x 7 mts), la cual - desde donde yo estaba - se veía como una zarza muy enredada.

De repente entró el Papa Juan Pablo. En mi mente aún retumbaba el "Juan Pablo, Segundo, te quiere todo el mundo"  o el "Juan Pablo, amigo, el Perú está contigo"  que habíamos coreado durante sus visitas en los años 85 y 88. Fue una gran emoción ver a esta pequeña figura de blanco, caminar y tomar asiento en el sillón central delante de la enorme escultura mencionada. Era el puntito blanco contrastando con esa figura marrón un tanto caótica.

Entonces el maestro de ceremonias iba dando la bienvenida a los peregrinos de tal lugar.... a lo que ellos respondían con un canto religioso típico de su zona. En un auditorio para 6000 gentes, las voces de un grupo de 50 personas se oye bastante bajo, a pesar de que ellos canten con todas sus fuerzas (felizmente no mencionaron a la peregrina del Perú, porque simplemente no se iba a escuchar ni jota).  Después de mencionar a los diversos grupos de una región con tal idioma (por ej. inglés), se leía un texto bíblico, seguido por un breve discurso del Papa Juan Pablo... todo, en inglés (o la lengua de turno). Su habilidad para los idiomas era indiscutible! Todos aplaudíamos y de ahí se pasaba a mencionar al siguiente grupo de peregrinos con otra lengua.

Por fin llegó el momento en que el maestro de ceremonias dio la bienvenida a los visitantes de Portugal. ¿Adivinan cuál fue la canción entonada?

"A treze de maio, na Cova da Iria
no céu aparece a Virgem Maria".

De repente, a esas 30, 50 o no sé cuántas voces lusas se sumaron prácticamente todos los asistentes del auditorio. No recuerdo si habría estado lleno.... pero imagínense si hubiera estado a la mitad de su capacidad:  3000 voces cantando:  "Ave, ave, ave María...."

Y animado por esas 3000 voces, el corazón venció a mi cerebro:  yo también terminé entonando el segundo verso del coro de la canción vetada: "...Ave, ave, ave María".   Es más: continué cantando una o dos estrofas más, en castellano, mientras que a mi lado un gringo lo hacía en inglés y otro en francés.

A medida que cantaba me di cuenta de que la imagen y la voz de las madres que me la enseñaron se desvanecían y eran reemplazadas por un sentimiento único de pertenencia a una gran familia llamada Iglesia. Exactamente lo mismo me pasó cuando estaba en la Marienplatz (la plaza de María) en el corazón de Munich. Andaba tomando fotos de las marionetas del carillón del Nuevo Ayuntamiento, cuando en eso escuché un murmullo. Dado que mi curiosidad no es poca, me acerqué a ver qué pasaba: un pequeño grupo de personas (turistas y locales) estaba de pie frente a una columna central. Subiendo la mirada descubrí de dónde venía el nombre de la plaza: arriba, coronando la columna, había una efigie de la Virgen María. Escuchando con atención, pude notar que estaban rezando el Ave María, cada cual en su propia lengua. Así que yo también hice un alto en mi paseo y me uní a ellos. Al terminar la oración, ya no éramos un puñadito de gente, sino algo como medio ciento. Cuando terminamos, nos sonreímos unos a otros y de ahí continuamos nuestros caminos.

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Otra vez me desvié. Vuelvo al 13 de mayo.

Hace poco, justamente el 13 de mayo, el Papa Francisco canonizó a dos de los pastorcitos, Francisco y Jacinta. El milagro que dio pie a la canonización ocurrió en el 2013: se trata de una curación sin explicación científica de un pequeño brasilero con un traumatismo craneal, pérdida de tejido cerebral, dos paros cardíacos, estado de coma severo y con poquísimas probabilidades de sobrevivir - y en caso de supervivencia, habría perdido diversas capacidades.  Sin embargo, dos días después de la oración a través de los pastorcitos, el niño sanó y no presenta secuela alguna. Las pruebas existen y es algo que creyentes y no creyentes no podemos explicar.

Como les conté en otro post, mi formación religiosa es netamente cristocéntrica.  Soy lo que se llama una "católica practicante" (no sólo porque voy a misa dominical, sino porque participo activamente en la parroquia).  Sin embargo, las procesiones a las que asisto en el año son sólo dos: la de Domingo de Ramos y la del Corpus.  Las demás tradiciones las veo de lejos.

Mi mamá es devota del Señor de los Milagros, porque su mamá le inculcó tal devoción (y hasta donde tengo entendido, mi abuelita era la gran promotora del Señor de los Milagros allá en Huaraz, donde vivían).  He aprendido a respetar la devoción de mi mamá, pero la verdad es que no me atrae ir al centro, caminar aplastada por la gente (tengo paranoia de los rateros), marearme con el humo del incienso barato, escuchar las canciones de las plañideras, la intensidad de las bandas.... No sé. Hay bastante gente que  participa con mucha fe en la procesión del Cristo morado, y la respeto. Pero lamentablemente también se infiltran bandidos para hacer su negocio (vendiendo esto o aquello) o peor: los que ponen cara solemne o llorona, mientras que caminan al lado del anda, y después de la procesión, su vida sigue igual de alejada del Señor. En fin, no me corresponde a mí juzgar sus corazones. Los dejo ahí.

Otra cosa que les puedo decir es que desde pequeña siento rechazo por esos "ataúdes" de vidrio en los que "descansa" una imagen en tamaño real de un Cristo o de algún santo.  En general, me "duele el ojo" cuando veo algunas imágenes artísticas (pinturas, esculturas, estampitas....) que imagino ni siquiera van acordes con lo que alguna vez habrán sido los santos o el mismo Jesús.  Basta ver una imagen del Sagrado Corazón, con un Jesús medio afeminado.... o al pobre San José, carpintero recio que lleva en su mano un lirio !!!.
Yo no imagino a los santos como personas con los ojos contemplando el cielo y con las manos juntas en posición de oración.... Los veo como personas normales, con amigos, con familia, con vecinos, con tareas cotidianas, y que - aunque tuvieron sus momentos concretos de oración en cada jornada - durante todo el día compartían su vida con la presencia divina.  Su vida era una oración. Cada alegría, cada tristeza, cada sorpresa e inclusive cada enojo, era un momento para compartirlo con el Señor.   

En cuanto a mi lado "mariano", éste se ha abierto recién a partir del año 2000, cuando nació el primero de nuestros tres hijos. Sin embargo, no llego al punto extremo de considerar a María como una semidiosa. Ciertamente la considero como la madre de todos los cristianos - me incluyo - y también la veo como la gran seguidora de Jesús.  Pero no alcanzo a unirme a un grupo de devotos y comprometerme a hacerle un manto, un vestido, así como se suele hacer en los pueblos (inclusive he escuchado que hay lugares donde le cambian de ropa todos los días, como si fuera una muñeca. Ojo: hay quienes lo hacen con mucha devoción. Sólo que, por mi parte, no es mi estilo).

El Padre Harold Griffiths, gran predicador limeño (que será recordado por siempre), poseedor de una enorme fortaleza de espíritu, celebraba la misa de 12 en San Felipe Apóstol - mi parroquia.  Un día que entré al templo buscando una guitarra, escuché cómo se le quebraba la voz al terminar su homilía:  "Señora María! .... Señora María! ..... Señora María!" . Un silencio... y de pronto la gente lo aplaudió, mientras él se secaba un par de lágrimas.  Nunca supe el contenido completo de dicha prédica, pero seguro que fue muy intensa como para que él mismo se emocionara así. Y sí, el padre Harold tenía una profunda devoción a María - que todavía me falta.

Pero bueno, quería llegar a un punto con este artículo.  Justamente a raíz del 13 de mayo, me puse a recordar algunas conversaciones que tuve con un padre amigo - cuyo nombre no voy a mencionar (no sea que lo castiguen como al P. Arens o al P. Gastón.).  Le pregunté qué pasaba si no me convencía mucho el tema de las apariciones, y me contestó que no pasaba nada. (Estaba leyendo que al Papa Benedicto tampoco le cuadraba mucho lo de los pastorcitos).  Fui un poquito más lejos: hasta algunos dogmas. Y claro, se supone que los dogmas son dogmas; según un portal conocido (Catholic.net) un dogma es "una verdad absoluta, definitiva, inmutable, infalible, irrevocable, incuestionable y absolutamente segura sobre la cual no puede flotar ninguna duda".... Lamentablemente por ahí hay un par de dogmas con los que no estoy muy de acuerdo, y que - sin embargo - el que yo los acepte o no, no afectan la fe firme y profunda que tengo en el Dios uno y trino, en su Iglesia, en los sacramentos. Posiblemente si estudiara más, tal vez les encontraría algún sentido a dichos dogmas y descubra que estoy equivocada. O tal vez no. Tal vez me quede con la duda hasta el día en que (ojalá) toque las puertas del cielo.  He bromeado varias veces al respecto con ese padre amigo, y le he dicho que me llevaré tantas preguntas para cuando esté cara a cara ante Cristo. Su respuesta ha sido: "Cuando estés frente a Él, cualquier preocupación habrá desaparecido".

Así que me quedaré con la duda hasta el fin de los tiempos, o mejor dicho, hasta que me toque gozar de la Vida Eterna! Porque eso sí: nadie me quitará la fe en la Resurrección.








jueves, 27 de abril de 2017

La paz esté contigo

El domingo pasado me levanté tarde.  Ya no llegué a misa de 10, así que a las 12 estuve frente al P. Rómulo. En su homilía, que hablaba del Resucitado, mencionó el significado de la palabra Shalom, que era el saludo que usaba Cristo para con sus discípulos.  Claro, cualquiera con cultura general sabe que Shalom significa "paz" en hebreo.  Sin embargo, el P. Rómulo dio un pasito más adelante: si mal no recuerdo, Shalom es una combinación de varios buenos deseos que sumados darían una especie de paz suprema, es decir: paz interior, salud, tranquilidad y bienestar para ti y los tuyos, paz entre las naciones y paz entre tú y Dios.

Entendiéndolo así, el "paz a ustedes" que se menciona en la Biblia en castellano, queda bastante corto. Tan sólo me imagino a Cristo resucitado saludando a sus amigos con un "shalom aleijem" y llenándolos a todos de una sensación única de paz suprema.

He encontrado un artículo sencillo que explica mejor este tema. Si desean enterarse, hagan clic aquí. (Ojo, no conozco a las personas de dicha organización. Así que no necesariamente me identifico con ellas. Pero por lo menos el artículo está bien).

A propósito del saludo de paz quiero compartir con ustedes un par de anécdotas:

😆 Hay mucha gente que cree que el saludo de paz en la misa es el momento donde ya se puede relajar de la tensión previa y por eso aprovechan para conversar y, en algunos casos (como en los matrimonios) los caballeros se dan tremendos abrazos golpeándose la espalda a más no poder. Creo que más que un saludo de paz, es un saludo de compadres... bueno para una reunión social, mas no para un momento religioso. Cada cosa en su lugar.

😒 Hace algunos años, estando en una parroquia en St. Ingbert en la región del Saarland,  fui a misa con Angelika, la amiga alemana que me hospedaba. Cuando llegó el momento del saludo de paz, noté una reacción extraña en las personas a quienes daba la mano: estaban medio sorprendidas antes de devolver el saludo.  Angelika me contó que "la paz esté contigo" era una frase más dentro de la misa y que NADIE se saludaba, posiblemente porque no querían ser hipócritas al saludar en ese momento y después ignorar al vecino.  (Debe ser cosa de esa parroquia nomás, porque estuve en otras y ahí sí la gente se daba la mano).

😘  Arturo (mi pata del alma) y yo éramos de esos jóvenes que andaban metidos en la parroquia hasta las últimas consecuencias. Pero un día, por esas tonterías que suceden (y que ya ni recuerdo) nos peleamos de muerte.  Pasamos varias semanas evitándonos, hasta que nos tocó ir a trabajar en el VAP (el programa social de la parroquia, para niiños muy pobres). El último día, durante la misa de clausura, Arturo estaba de pie en una esquina y yo exactamente en la esquina opuesta.  Llegado el momento de la paz, sentí que era una falsedad el estar ahí, diciéndole a Jesús mil cosas bonitas mientras que seguía peleada con mi amigo. Por eso, tiré el orgullo al piso y salí de mi esquina para ir donde Arturo, quien tampoco aguantaba más seguir así. Nos dimos un gran abrazo y no hubo necesidad de exigir explicaciones ni pedir perdón ni nada.  La paz estaba en verdad con nosotros, y nos hacía sentir muy bien con nosotros mismos, con el otro y con Dios. Era Shalom.

La paz, para variar, pende de un hilo. En Siria ya van 6 años de violencia, más de 400,000 muertos (la tercera parte son civiles), un millón y medio de heridos, 5 millones de refugiados y entre 6 y 8 millones de desplazados en el interior. Eso sin contar los daños materiales.  Para colmo, rusos y gringos han intervenido, cada uno defendiendo lo que cree correcto. Hemos visto con horror a tantos niños víctimas, a tantas madres llorando a sus hijos. No se borra de mi memoria la imagen de aquel chiquillo refugiado en Europa que dijo las palabras más sabias de este conflicto: "No queremos quedarnos aquí. Queremos volver a Siria. ¡Detengan la guerra!"

En el Asia, el gobernante de Corea del Norte (pequeño país cuya área equivale más o menos a la suma de Ucayali y Apurímac) tiene en vilo a toda la región. Sus excentricidades personales son nada al lado de sus continuas amenazas (que de bravatas han pasado a ensayos reales). En la mira tiene a Corea del Sur, Japón, y por extensión al aliado de ambos, los Estados Unidos.  Lo más sorprendente es el intercambio matonesco entre Kim Jong-Un y Donald Trump. Por momentos me hace pensar en dos chiquillos compitiendo por ver quién tiene más y mejores juguetes.

Mientras tanto, en nuestro continente tenemos un país que se muere de hambre mientras que su presidente, su vicepresidente, su canciller y todos sus partidarios dicen que no pasa nada, que todo es mentira y que se trata de una conspiración nacida en Washington. Dicen ser una democracia y aprisionan o matan a aquéllos que piensan diferente, llamándolos "terroristas". Los que trabajan en organismos públicos son obligados a apoyar al gobierno, a salir a marchar defendiendo lo indefendible (y ay del que no lo haga!). El parlamento no pinta para nada. El poder judicial es controlado por el presidente, quien no deja de dar beneficios a las fuerzas armadas - con lo que las tiene a su favor.  Y para colmo, hay la promesa irresponsable de entregar armas a un ejército de civiles (que se sumaría a las bandas criminales motorizadas, causantes de varios asesinatos).  Pero son millones de personas que tienen hambre, no tienen medicinas, no tienen tranquilidad, no tienen sueños para sus hijos, son millones que ya se cansaron y eso no es invento de Washington. En verdad ya se cansaron varias veces pero ahora están desesperados.... tanto, que algunos ya perdieron el miedo de enfrentarse a los soldados, a los policías, a un tanque, porque sienten que esto ya tiene que terminar.  La comida diaria de los venezolanos ya no son las arepas, sino la violencia.

Y en el resto del mundo se respira la amenaza terrorista. Nosotros hemos vivido esa violencia espantosa que se llevó a unos 69000 peruanos y sabemos lo que se siente estar amenazados todos los días. Es una insanía donde se mata por el gusto de matar, se destruye para sentirse poderosos, se envenena mentes jóvenes, quitándoles el derecho a estudiar, a jugar, a amar, a ser gente de bien.  Además está la violencia cotidiana provocada por los delincuentes: todos los días alguien muere, alguien es golpeado, alguien es asaltado, alguien es violado. Heridas que no curan.

He mencionado la ausencia de paz en algunos países, en la ciudad... pero también hay ausencia de paz en los hogares. Peleas por esto, por aquello. Diferencias irreconciliables. Insultos. Humillaciones. Terrible sufrimiento de hijos cuando los padres se agreden unos a otros...

Cuán importante es desearnos esa paz íntegra, ese "Shalom" de Jesús.

El Señor nos dice: Bienaventurados los mansos (no los mensos!), los pacíficos, los que no pierden la paciencia.... Y también: bienaventurados los que trabajan por la paz.  O sea: no basta con estar en paz uno mismo, sino que también hay que hacer todo lo posible para lograr la paz a nuestro alrededor.

Shalom!




martes, 25 de abril de 2017

La Recoleta y yo

Cuando un(a) joven de mis "discípulos" (léase acólitos) quiere confirmarse, normalmente le digo que no lo haga. Es una historia un tanto larga, que contaré otro día.  Pero en un par de ocasiones les he dicho que sigan adelante, e inclusive he aceptado ser su madrina por haber sido testigo de la evolución de su fe. Este año ha sido una de esas ocasiones.  Así que hace algunas semanas fui a la charla de padres y  padrinos de las confirmandas del colegio Santa Ursula.  Y hubo un detalle que casi había olvidado: en el salón donde estaba, destacaba una sencilla cruz de madera sobre la pizarra, tal como las había en mi colegio.  (Mis hijos están en un buen colegio, aunque laico.... ¿Y por qué? Será tema de otro post. La cosa es que en sus salones, obviamente, no hay cruces).

Mientras esperaba al expositor, la cruz atraía mi mirada y me hizo retroceder en el tiempo...
Mis padres eligieron el colegio Recoleta para educarme. Fue una excelente decisión. Pasé once años ahí amando las matemáticas, el recreo y los juegos florales ... y odiando la historia, las clases de educación física y las de formación laboral.  En cuanto al curso de religión, me parecía aburrido y, en los dos últimos años, horrible. Y es que había que leer este famoso libro verde titulado: "Puebla" que tenía un lenguaje demasiado complicado para una chica de 15 ó 16 años; y, peor, había que leer encíclicas !!! Aunque teníamos unas hojitas donde salía el resumen de cada documento, la verdad, eran fatales. No se entendía ni michi! Ustedes pensarán que era una hereje. Pero no.

Déjenme contarles un poco más de mi alma mater: Recoleta es un colegio religioso a cargo de la congregación de los Sagrados Corazones. Aunque había muchos sacerdotes, nunca tuvimos esa misa obligatoria semanal o mensual que sí hay en otros colegios religiosos. Tampoco procesiones. La única misa que tenía fecha fija era aquélla para celebrar el día de los Sagrados Corazones.  Otras misas sólo se realizaban cuando los alumnos las pedíamos, tal vez para rezar por la mamá de algún compañero. Fuera de eso, al comenzar la formación de los lunes el tutor de año dirigía un Padrenuestro y un Avemaría. Más no recuerdo.  Uno que otro profesor sí gustaba de hacer una oración al inicio de su clase (como Jorge Morales en V, con quien rezábamos la oración de San Francisco de Asís, o Madame Marie-Paule, que en 4to de primaria nos enseñó el Padrenuestro y el Avemaría en francés... y que con gusto recitábamos con mi papá en las noches).

Los padres SS.CC. eran muy humanos: El P. Armel Bécquet tan bajito, chistoso, con su risa contagiante, y superfeliz al trabajar con los lobatos o con los chicos de la primera comunión... El P. Hubert Lanssiers que fumaba sus cigarros inca, hablaba con sarcasmo y nos enseñaba a reírnos de nosotros mismos...  El P.José Serrand que a todos llamaba "flaquito/a", nos tiraba cocachos de vez en cuando y nos alegraba con su guitarra... el P. Estanislao Kasprzak que paseaba fumando con boquilla y cuyos lentes ahumados no dejaban ver el corazón enorme que tenía  (del que pueden dar testimonio los chicos de la aldea)... el P. Marcos Le Page, tan tranquilo y amable, que nos contaba sus cuentos.... el P. Hervé Thomazo, metido hasta el tuétano en ADECORE o en el Boletín Recoletano.... el P. José Luis Ramírez, bromista y tan parecido al viejito del KFC ... el P. Gregorio, que se alegraba cuando íbamos a verlo y nos regalaba estampitas francesas.... Al P.Gastón Garatea lo traté poco, porque entró en mi último o penúltimo año (lo veía como el padre joven que tenía compasión de los alumnos en las formaciones de los lunes bajo el sol incandescente). Finalmente a quien no conocí fue al P.Lázaro Rouy, una personalidad en el mundo académico y en el Scout, y que a pesar de ser tan reconocido, seguramente fue muy sencillo como todos los demás padres.

A ninguno de estos padres vi con gesto adusto o vestido a diario con sotana negra o camisa y cuello clerical. Como dije: eran personas que hablaban con nosotros con naturalidad, se reían, jugaban, a veces nos reprendían, claro! pero a lo que voy es que no eran seres inalcanzables, sino perfectamente humanos.

Nunca sentí que la religión fuera una cosa impuesta, pesada.  Bueno. Si vemos la "religión" como un curso, entonces sí era tedioso tener que aprender tantas cosas de paporreta. Sin embargo, los recoletanos (por lo menos los de mi tiempo) vivimos en un medio religioso de una manera natural:  la convivencia con los padres, (a quienes nos los encontrábamos en los pasadizos, en sus oficinas, en la cancha de deporte), las colectas de solidaridad que hacíamos para los trabajadores, o el hecho de compartir las aulas con los chicos "de la aldea" - procedentes de la Aldea SOS, becados por el colegio, por intermedio del P. Estanislao que era como un papá para todos ellos... todo contribuyó a formar una fe vivencial.

Nunca nos machacaron con el tema del pecado, que esto es pecado, que lo otro es pecado, que la falda por encima de la rodilla es pecado...nada de eso. Tampoco nos hablaron mucho del demonio o del infierno. A nosotros se nos enseñó una fe cristocéntrica.  Inclusive casi no hablábamos de María (salvo el 13 de mayo que cantábamos "el 13 de mayo"...  o el día de los SS.CC.). Tampoco se hacía énfasis en devociones a santos, o en los diversos títulos de Cristo o de su madre (que a veces los hacen parecer como si fueran muchas personas distintas).  Fue una fe muy sencilla y directa, alegre y que conducía a la libertad.  (Sin que esto signifique que nos hayamos opuesto a los santos. No malinterpretar, por favor!)

¿Pudo ser mejor? Habrá diversos puntos de vista. Pero yo estoy feliz de haber sido educada en la Recoleta. Sin embargo, he de confesar que no todos mis compañeros son hoy en día católicos practicantes. Es más, hay varios que se han cambiado de iglesia, o que inclusive son agnósticos / ateos. Y es que la enseñanza de la fe no se puede dejar en manos del colegio religioso y punto. La fe debe comenzar en la casa. Si es cosa del colegio nomás, se limita al "curso de religión".  En cambio si se cuenta con la formación básica en la iglesia pequeña (el hogar), se continúa con el colegio, y ADEMÁS se complementa con la participación activa en la parroquia, hay más garantía de que el joven respire el cristianismo como algo muy natural y lo viva así cuando llegue a ser adulto.

Finalmente, además de la formación en casa, colegio y parroquia, considero fundamental el contacto con personas que ayuden a fortalecer la fe - sea un asesor espiritual, sean cursos o talleres, una comunidad de oración, etc.

Vale la pena seguir creciendo en la fe, no importa la edad.


lunes, 24 de abril de 2017

Génesis


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Cuando era chica tenía la buena costumbre de escribir mi "Diario". En el silencio de mi habitación (y también sentada en el piso del baño) entre los 11 y los 26 años, logré expresar mis ideas y sentimientos en unos cuadernos que conservo como un tesoro. De vez en cuando releo alguna página con cariño, cierta nostalgia, e inclusive admiración por la forma en que analizaba las cosas.  En ocasiones son reflexiones tan hermosas, que dan ganas de compartirlas... pero claro, como son parte de mi "Diario" he preferido guardarlas hasta que mis nietos o bisnietos tengan la posibilidad de leerlas (¡siempre que las polillas no se den un banquete con los dichosos cuadernos!)

Algún tiempo después, cuando comenzó la onda del internet, descubrí la magia de los blogs - que no son otra cosa que una especie de versión digitalizada de un diario. Así fue como escribí diversos blogs, de los que ha sobrevivido aquél en que comparto reflexiones sobre temas Scouts.

Sin embargo, siempre me quedé con el "clavo" de querer compartir mi fe con otros, a través de mis escritos. En varias oportunidades tuve la intención de lanzarme al ruedo... concretamente recuerdo el día que se eligió al Papa Francisco: estaba tan contenta de que hubiera aires nuevos para nuestra Iglesia, llenos de sencillez .... mejor nombre no pudo elegir!

Como no logré empezar el blog en esa ocasión, dejé correr el tiempo hasta la Pascua 2016, en que me sucedió algo extraordinario - que quizá algún día cuente...  Pero aun así: nuevamente las múltiples ocupaciones me quitaron el tiempo necesario para iniciar el blog. Adicionalmente, parte de la demora fue encontrar un nombre apropiado: los que quería, ya estaban tomados. y todo quedó en una buena intención. (Tal vez me vaya donde "don Sata" ya que como reza el dicho: "El camino al infierno está lleno de buenas intenciones". Espero que noooo!!!)

Pero cada día hay tantas experiencias y tantas invitaciones para descubrir a Dios en ellas, que ya no puedo dejarlo pasar. "Vayan y anuncien mi Evangelio" dijo el Resucitado. Así que.. ¡hoy empiezo!